sábado, 8 de marzo de 2008

Domingo Alfonso (Jovellanos, 1935)


Domingo Nicolás Alfonso Pereira
(Jovellanos, Matanzas, 10.09.1935)


Poeta

Es graduado de Arquitectura por la Universidad de La Habana, donde también se ha desempeñado como profesor. Además de Poeta, como autor musical ha compuesto la letra y la música de más de 150 canciones.

Ha publicado los poemarios:


  • Sueño en el Papel, 1959.
  • Poemas del hombre común, 1964.
  • Historia de una persona, 1968.
  • Libro de buen humor, 1979.
  • Esta aventura de vivir, 1987.
  • Vida que es angustia, 1998.
  • En la ciudad dorada, 2002.
  • El libro principal, 2008.
  • Un transeúnte cualquiera, 2008.

En preparación se encuentra su libro “Un transeúnte cualquiera”, poemas del 2003 al 2007.

Poemas de su autoría aparecen en diversas revistas, y en importantes antologías de la poesía cubana contemporánea. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, portugués, ruso, italiano, sueco, danés y otros idiomas.

( Direcciones de correo electrónico: dnalfonso@cubarte.cult.cu - malva.alfonso@infomed.sld.cu )

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del libro Sueño en el papel, 1959
NUESTRO ABUELO

Seis cabezas de lana; nuestro abuelo
desgranando la fábula risueña,
a la lumbre dorada de la leña
que azula la cocina con su velo.

Sentados o tendidos por el suelo,
los chiquillos que andaban a la greña
forman cerco de sombra a la reseña
coronada de helado y caramelo...

Pero el tiempo deshizo aquel sonoro
cerco de risas, y un amargo día
¡dos pupilas cerradas y sin luz...!

Luego hileras de cirios, danzas de oro
en la trágica esperma en agonía,
nuestro llanto, una tumba y una cruz.



del libro Poemas del hombre común, 1964
POEMAS DEL HOMBRE COMÚN

Soy el hombre común.
En determinadas horas, como millones,
subo y bajo ascensores,
después almuerzo como todos,
hablo con estudiantes
(no llevo cruz a cuestas);
a diario paso junto a muchas personas,
gente aburrida, gente que canta,
hombres laboriosos, burócratas que duermen;
junto a ellos pasa mi pequeña figura;
el soldador sufre, la mecanógrafa se inclina,
yo canto simplemente las cosas que siente
el hombre común.



del libro Historia de una persona, 1968
DESPUÉS DEL AMOR

Esta mujer y yo terminamos.
Ahora, dejando el desorden de las sábanas,
Hemos mirado por la ventana hacia la calle.

Un poco a la derecha
Unos obreros componen una enorme valla
Que dice: Todos con boinas rojas a la Plaza de la Revolución.

Ella se vuelve al interior del cuarto de hotel.
Yo miro sus nalgas color de tinta de imprenta.
Siento lo que los hombres normales ante tal espectáculo:
Doy gracias a quien corresponda por encontrarme vivo.



del Libro de buen humor, 1979
EL ROSTRO DE MARLON BRANDO

El rostro de Marlon Brando
surge en la noche del cinematógrafo
con un tamaño de casi dos metros de alto
por uno y medio de ancho aproximadamente:
tiene dos cejas, debajo de las cejas un par de ojos,
entre los ojos, un poco más arriba
de la pareja de labios, una nariz;
bordeada por el pelo,
encima de las cejas, está la frente,
algo detrás de la frente,
construidas expresamente para sostén de los espejuelos,
se encuentran las orejas.

Éste es el rostro de Marlon Brando;
tomo debida cuenta de su topografía;
para verlo pagué un peso con cincuenta centavos,
hice una cola de una hora nueve minutos,
de pie, bajo la lluvia
y ahora descubro en medio de este cine,
tocando el muslo de la mujer que me acompaña
que el rostro de Marlon Brando es sólo el rostro de una persona.



del libro Esta aventura de vivir, 1987
YO HE MOVIDO LAS RAMAS DEL ABETO ROJO

Yo también he buscado la poesía.
He movido las ramas del abeto rojo
y deambulado por algunas calles con mi pequeña figura
la cual recuerda el aspecto de un cometa carente de brillo.
Así he conversado con ancianas muy absortas, en el origen del
humo,
casi un éter, como la felicidad tan pura de esas horas tibias,
moviendo sin descanso tazas de sabiduría mezcladas con vino
púrpura,
en el vestíbulo de hoteles y pequeñas mansiones decoradas
con esmalte.

Conocí al caballo surgido desde la tierra calcinada, presidente
del fuego;
amé mucho los álamos, corazones formados con el aliento de
los parques;
un sueño cubriéndolo todo con una capa muy delgada.
Después cruzamos por los salones sin conocer el aspecto de
caballeros mortecinos
llenos de felicidad y bailando sobre las puntas de bastones de
color azul.

También he descifrado páginas abiertas por las olas encima
de las arenas,
señales, pétalos; las entrañas de las vírgenes hechizadas por
valses y canciones de México.
Me ha golpeado la duda, la monotonía de los idiomas y las
palabras vacías.
Después vendrán actores, paso tras paso; desde los túneles
abiertos sobre aquella pradera...;
porque a la noche estas palabras podrán aprender de la gran
sabiduría del silencio.



del libro Vida que es angustia, 1998
CON UN PAR DE ZAPATOS NUEVOS ENTRE LAS MANOS

Ayer, cuando recibí este par de zapatos
semejantes a una pareja de rosas,
pensé que todo me sería posible.
Vi cosas en las cuales nunca hubiera pensado:
flores oscuras cubriendo las calles llenas de polvo;
incendios y muertes sucediéndose en este mismo lugar,
desde el inicio de los tiempos,
diligencias desvanecidas por el fuego y el humo,
pesadillas y lamentaciones
llegaban hasta mí
entre el sonido de golpes de campana,
delirios, visiones que me llenaban de pavor,
los crímenes y el terror de las épocas pasadas
estaban delante de mis ojos;
escenas semiocultas por montones de nubes de ceniza
(ningún otro color estaba presente:
ni el rojo ni el verde ni el magenta
y mucho menos el amarillo),
sólo el matiz de la ceniza
lo presidía todo de manera mecánica.
No pude ver el futuro
a pesar de que me empinaba tratando de conocer más;
pero todo fue en vano.

De esta manera
me senté en una silla, al borde del camino,
con mi par de zapatos, como dos rosas, entre las manos:
no comprendía nada, estaba sentado allí,
no sería testigo de ninguna revelación,
había visto todo el horror y las tragedias
ocurridas en esta esquina del universo
a lo largo de tantos siglos
y me encontraba allí, en mi silla, tembloroso,
lleno de sudores y de mucho miedo,
cerca de la orilla del camino:
con mi par de zapatos nuevos entre las manos.

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del libro En la ciudad dorada, 2002
ALGUIEN CASI IDÉNTICO A MÍ, ALGUIEN QUE NO HABRÁ LEÍDO ESTA PÁGINA

........................................................................-A Borges en su centenario-

Cierta noche sin luz, en la calle Zapata,
–como metido dentro de una copa llena de oscuro vino–;
noche cuando yo esperaba a Fernando Álvarez
para juntos escuchar uno de mis boleros
nunca interpretados
Una mujer me tocó por los hombros
diciéndome:
"eres exacto a quien fuera mi difunto esposo"
Uno de esos seres parecidos a mí
copia de mi figura, o yo mismo una réplica como varias
de las imágenes que cruzamos la Tierra con ligeras variantes:
"Alguien casi idéntico a mí, alguien que no habrá leído
esta página,"

¿Quién de los dos termina este poema,
Borges o Domingo Alfonso?



del libro Un transeúnte cualquiera, 2008
MIENTRAS MI DOMICILIO SE DIRIGE HACIA EL PRÓXIMO DÍA

Observo como me envuelves
con el manto lleno de minúsculas estrellas y millares de puntos
del oro más legítimo, despidiendo fulgor amarillo
He quedado aturdido, sin entender esto que hacías
y viéndome sobre aquel taburete, obsequio de Poveda
no pude decir palabra alguna, a pesar de mucho desearlo.
¿Quién eres tú?, ¿Porqué lo haces?, ¿Dónde fui elegido?
Llegaste bien temprano a la verja de nuestro jardín, pediste amor
Yo te conduje hasta el ángel trabado entre las ramas del algarrobo
aspirando entonces tibios perfumes irradiándose desde tu piel.
Pensé si atribuir tu visita a la esfera
huésped del cielo de casa, quizás inquieta ante algún presagio
pero adivino: vela para protegernos.
(De este modo puse en tus manos la sombrilla mágica de aquella señora
impenetrable anciana, la cual, ahora conozco
flotaba a veces en medio del humo de incienso).
Quisiera amiga, antes de marcharte
hoy al atardecer (comiendo manzanas del Jardín Prohibido
las cuales poseen todos los sabores existentes en los nueve universos)
prometas regresar un próximo otoño:
(Extraña viajera perenne, Dama de la corte del Tiempo)
Te juro guardar tus rosas dentro del corazón
pues no marchitan, manteniendo sus efluvios durante varios años.

Escucharé tus canciones
Sal de hermosísimas noches, inundando sentidos ávidos de placer
bajo esta luna bordando sobre mi cuerpo
filigranas de plata y azul
(Éxtasis del espíritu cautivo de tan bella música)
Alma de artistas anónimos nacidos en Persia
o las islas del Pacífico
Magos sabiendo inventar acordes ejecutados por el Invisible
Romanzas gozando de la propiedad
de anular angustias, procurarme descanso
Especie de sopor, extinguiendo así la propia vejez
-de pronto la fuente del cenit es una luz muy blanca
Mientras mi domicilio se dirige hacia el próximo día.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

POesía en donde la intuición y la emoción han alcanzado una cúspide