martes, 19 de abril de 2011

Luisa Oneida Landin (La Habana, 1951)



Luisa Oneida Landín Ramos
(La Habana, 25.08.1951)


Poetisa, narradora, promotora cultural y guionista.

Graduada del primer curso Curso-Taller "Historia y Práctica de la Creación Poética", auspiciado por el Instituto Cubano del Libro y el Centro Nacional de Casas de Cultura en el 2004, cursa actualmente el sexto año de la Licenciatura en Estudios Socioculturales.

Es miembro del Grupo Ala Décima, Décima al filo, y fundadora del Grupo de creación poética de la Fundación Nicolás Guillén.

Creadora de espacios y tertulias literarias tales como “Lira y verso”, “La letra en rosa” y la Tertulia Azucarera, durante diez años se desempeñó como guionista de un programa de música y poesía en Radio Cadena Habana.

Ha publicado los poemarios:

....... Poemas (La Tinta del Alcatraz, México, 2000).
....... La Habana tiene más de un jueves, Editorial Extramuros, La Habana, 2005
....... Verde ramo en el aire sin dueño (Compilación poética) Pub. azucareras, 2005
....... Marcas de agua, Editorial El mar y la montaña, Guantánamo, 2006.
....... Muchacha que baila sobre mis papeles, AmarilloEditores, México, 2007.
....... Muchacha que baila sobre mis papeles II, plaquette (Premio Ala décima 2007)
....... Paisaje en azul, La hoja del murmurante. Separata de Arte, Editorial La Tinta del Alcatraz,
Toluca, México, 2010

Posee inéditos los cuadernos de poemas: Isla de sol, ya despierto, y Ritual de la Hormiga; y en narrativa para niños y jóvenes: Zacatuche, el pequeño azteca, Bijirita, y Luisita busca pleitos.

Además, su obra se ha recogido en varias antologías nacionales y extranjeras:

. Amato, Pasquale: Antología de los Premios de Poesía Nosside 2002. Cittá del Sole Edizioni, Regio Calabria Cittá del Bergamotto-Italia. Editorial Letras Cubanas, La Habana-Cuba, 2002: pp. 76.
. Arias de la Canal, Fredo: Antología de decimistas de La Habana. Frente de Afirmación Hispanista, A.C, México, 2003: pp.
. Fajardo de Cárdenas, Marcel, Antología Poética Poemas en el Jardín. Casa de la Poesía y Proyecto Cultural: En el Jardín, edición especial dedicada a Dulce María Loynaz, 2003.:pp 24
. Landín Ramos, Luisa Oneida, Verde ramo en el aire sin dueño (Compilación poética). Pub. Azucareras, 2005. pp. 22-26
. Manzano Roberto, Antología Poética Bienaventurado el árbol que camina. Ediciones Extramuros, 2007. pp.27- 29.
. Laffita, Ramón Elias, Espacio Mínimo. Editorial Extramuros 2009. pp.
. Morales, Aries, Como cada jueves, Poesía emergente en La Habana. Universidad Autónoma de Barcelona. Ediciones Bellaterra 2009, de la cual es coautora.
. Hernández Mayra y González Waldo, Esta cárcel de aire puro. Antología de la Décima Cubana, Tomo 1. Editora Abril, pp 259.

Por su obra literaria, ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos: Mención Especial en el Concurso Internacional Nosside Caribe 2002, Premios en el concurso nacional Regino Pedroso 2002 y 2006, y varios premios Ala Décima hasta alcanzar el Primer Premio en el 2007.

Su proyecto comunitario: "La letra en rosa", dirigido a la educación medioambiental, en el reparto Antonio Guiteras del Municipio Habana del Este, La Habana, ha recibido importantes reconocimientos.

( Dirección de correo electrónico:
oneida@ocentral.minaz.cu )


del libro La Habana tiene más de un jueves, 2005
ADAGIOS EN CIUDAD MARCADA POR LAS AGUAS


He visto partir a los hombres sin dejar rastro.
He visto partir a otros que se quedan.
He visto la vida podarse a destiempo
en el plazo preciso para volver
……………................…………….. de la memoria.

Voy haciendo marcas en mis pasos
rodeados de agua marina.

Yo no quiero ser triste la nunca triste
pero me asaltan los ojos de mi pecho y se detienen
en sillones de ruedas en manicomios en hospitales
y soy quien riega los lirios por la arenisca
y me atraen las verdes praderas
los baúles con cartas canarias
las fotos de los doce hermanos
y la mesa larga de la nochebuena.

He visto la montura del pasado
cabalgar los trillos del silencio y he despertado
en un concierto de pájaros.

He visto pasar mi silueta confundida entre multitudes.
Nadie me reconoce.

¿Quién me salva de este adagio de ciudad
marcada por las aguas?

He visto las sombras en un claro de luna.
La humanidad se confiesa migratoria de sí.

Hay un sollozo en la pared
para cada despedida.

I
suenan campanas ¿qué paloma vendrá a comer de la mano? un lugar en la tierra en que los hombres pregunten en cuál cicatriz la merecen. en cuánto cincel dio luz y sonido. todo es cóncavo desde la lente en los pilares que yacen sobre los hombros desde el ojo abisal entre los nimbos.

un lugar donde apostar la vida o el trazo de la inmediatez diseñado en la memoria. no hay oquedad que derribe su virtuosismo ni rejas que lo encierren ni lluvia que lo borre. sustancia de lo perenne en el paso del hombre. presencia donde éramos futuro y mañana seremos pasado. ¿qué tablas guardará esta historia sin la mano grávida del libro?

II
soy la voz que indaga tú la mano que apunta. ¿quién puso la impronta en el navío con su carga de pieles y costumbres? ¿quién vino a sembrar sus casas al borde de la Bahía? ¿quién cambió trillos por caminos halló espacios en el cielo y pobló el aire? ¿quién extravió el primer abrazo? traigo fibras de Habaguanex en mis apremios busco un verso que me devuelva una respuesta. breve es el tiempo breve ciudad mía para bendecirte.



del libro Marcas de Agua, 2007
UNO SE SUMERGE

en irrepetibles imágenes.
se queda así como si el mundo estuviera fraccionado
y los amigos fuesen pedazos de tiempo.

ellos no saben que a ratos vuelven
pero uno se queda así vacío de palabras
y no aparece el modo de llamarlos de decirles
no importa la distancia.

uno se vuelve silente como en las comedias
sabe que existe en los otros y olvida las promesas
y los lazos y se tiende a morir en la rutina
de los últimos acontecimientos
con la nostalgia de no estar
con el otro lado de sí mismo.

uno es egoísta y pierde la dirección del viento
los teléfonos
y apenas recuerda sus nombres pero ellos están ahí.

cómo decirles esto.


AZUL
…….........................................................…. * de un verso de Carilda Oliver Labra

*Amor, amor, sujétame esta gota
Este modo tan mío, este remanso.
Este infinito azul donde no alcanzo
encontrar la salida más remota.

Me pierdo en ti, amor, de ti devota
desde el lejano azul hasta la fuente
donde quise beberte la cimiente
que cubre esta armazón de nube rota.

Este leve temblor de lluvia ignota
se torna tempestad tan de repente.
Yo busco en ti, sin brújula aparente

la razón de seguir por donde avanzo
perdida como el pájaro ya manso
que canta su tristeza en cada nota.


TOCAR EL FONDO

te di una piedra jade y la desmoronas con tus pies fríos.
en tus dedos de espuma lía toda fronda
simples despojos
entre algas y el escozor de un velero en fuga.
tocar el fondo no significa morir
a veces el fondo es el sitio
entre la nada y todo.
sube
…………. sube
………………………. sube
hazte a un madero
encuentra el ojo profundo de la sombra.

la oscuridad es sólo el espejismo.



del libro Muchacha que baila sobre mis papeles, 2007
RITUAL DE LA HORMIGA

I
El agujero es un distante abismo.
el pan un lento soborno del cuerpo.
padecemos la gula
traemos costumbres en el hombro
y un maremoto de palabras asfixiantes en la garganta.
Giramos en redondo como astros
como la tierra y sobre ella nuestros pensamientos
hilamos el destino en tensas cuerdas
halados por invisible carro.

A veces nos preocupa la razón
el origen de la verdad
nada duele mas que la injusticia.

Hilamos en travesía inaudita
sobre sí mismo
Hilamos nuestros nervios:
la risa es una encrucijada en su reverso.

II
Las hormigas no ceden su espacio
nosotros defendemos el nuestro con las manos en la tierra
el cielo nos pertenece quién lo divide.
Pero la tierra la tierra arde en nuestras manos
nutre la misma sangre que por ella se derrama
la tierra es vida y hacia ella vamos…
Por la tierra andamos cada día más egoístas.
Tanto andar tanto desangrarse
tanto odio tanto amor
tanto desigual abismo y nada salva.

III
Tengo miedo y poros como ventanas
una pequeña pluma … un reloj roto en el pulso
pocos zapatos y mucho camino.

Tengo libros no escritos
sobre el teclado incierto.

Me van a perdonar los hijos de mis hijos
los hijos de los hijos de mis hijos
qué será mañana el porvenir
si no guardo esta foto
sin el vidrio que la hiere.

IV
Somos hormigas en reino…
a veces nos golpean
grietas que el amor deja
patadas inevitables quién no
fue aplastado alguna vez.
Envidio a las calladas emisarias
de la humildad.

Apuesto otros misterios
si negociamos el instante
el retorno del caos con piel de insecto.
No sé por qué digo estas cosas
Padre Nuestro, que estás en los cielos…

V
No sé por qué compramos mentiras
por qué vendemos promesas
no sé por qué vaciamos el tiempo
en bolsillos huecos.
deberíamos aprender de la gota
que cae
impecablemente exacta.

VI
Son las tres de la tarde en La Habana
y en algún sitio del mundo ahora es de noche
yo escucho ruidos ajenos mientras medito
son las tres de la tarde y debo cambiar
ciento ochenta grados
un giro total al de ayer...
no más culpas ni deudas
ya es suficiente
si no has perdonado mis deudas
yo perdono a mis deudores
ya me perdoné las mías.
no más cuchillos
no más

VII
Miraba al mismo sitio
con mi ritual de hormigas
y no hallaba respuesta.
Entre la hierba del fondo
palitos de tendederas
muñecos rotos
cristales enfurecidos.
Para qué quiero ahora la gloria
si tú me faltas para echarte en cara
que puedes levantarte y hacer lo mismo.
Hija que desciendes
tranquila
con un silencio distinto rondándote el cuerpo.

Hija de mi corazón no temas
yo arribo en tu sueño y te guardo.
Perdona este tiempo en que nos separa
la necesidad de probarnos
si alguna vez el destino puede ser vencido.

Te busco en el leve sonido de mi cuerpo
cuando cruje el viento en su letanía.
te busco en el arete que pierdo cuando
me equivoco.
Te busco en la cicatriz de mi oreja izquierda.

Hija mía que está en la flor
en la mariposa que escolta mi ventana
viva en la angustia de la noche.

Callada
tan callada.
Otro día doliéndome
con su pie cruzado
impaciente
frente otra puesta
de sol.
Qué lluvia vendrá a dejarme
más gris que en esta tarde.

Camino (nadie sabe cómo)
Hija mía que está en todas partes.


MUCHACHA QUE BAILA SOBRE MIS PAPELES

....................................................................... y en tu delgadez cantada toco, hija mía, un pan sin
............................................................... corteza, una masa tibia de inocencia y ternura.
................................................................................................................. [Roberto Manzano]

1
ella emerge en su diatriba prisionera de la sed
ella rompe la pared del silencio que derriba.
ella tiene quien le escriba sus canciones en el viento
sabe volver en el lento regreso de la palabra
mientras en la noche labra su infinito pensamiento.

2
regresa de la ternura a la solidez del hierro
de ese todo al que me aferro sin hallarme en su moldura.
regresa desde la oscura residencia del olvido.
habita en el estallido de su golpe en mi costilla
como una terca semilla que brota en cada latido.

3
tanto duele cuando callo mi tristeza amordazada
grillos en la madrugada de un concierto sin ensayo.
pudo ser ayer o en mayo pudo ser hoy que es noviembre
pero fue ocho de septiembre la cicatriz de la rosa.
qué fuerza tan poderosa crece donde yo te siembre.

4
muchacha que baila sobre mis papeles. cómo puedo
regresarte en el denuedo de esta garganta salobre.
será la Virgen del Cobre quien te custodia en la paz
o yo soy tú cuando vas por el borde de la mesa
como una triste promesa para negar que no estás.

5
tú y yo juntas con cartera. tú en la otra con sombrero.
debí partir yo primero pero fuiste la primera.
cada gesto una quimera posándose en tu regazo
breve disparo de un trazo guardo en la luz de tu infancia
desde el mito a la sustancia de la foto en que te abrazo.

6
cómo deja la cañada su fortuna hacia la mar.
cómo pinto sin llevar la destreza desgarrada.
cómo fijo en la cascada el ruido su transparencia.
cómo guardo la inocencia y la sencillez del cardo.
en qué piel me crece un nardo con el color de tu ausencia.

7
para mí no canta un mirlo cuando afina el tocororo.
no canta pero es sonoro pensar en canto de mirlo.
si yo canto al escribirlo no habrá nota desigual
mi queja va en el ritual de la gota que destila
un arcángel mi pupila de lenguaje universal.

8
baila niña en mis papeles en un pacto con lo ignoto
baila en el sonido roto del dolor y los cinceles.
baila niña en mis papeles para esta furia callada
guarda esta nota estrujada (desvalida entre mi puño)
que habita como el rasguño insondable de la espada.

9
giremos como el insecto sobre la tierra labrada.
por esta tierra marcada fijemos nuestro trayecto.
somos el frágil proyecto de algún fino material
tan diferente cristal hace grieta en la fatiga
seguidores de la hormiga por una pizca de sal.

10
de puntillas hacia el cielo danzas la última pieza.
qué lluvia. qué nota es esa tan musical en tu pelo.
baila niña en mi desvelo como gaviota de prisa.
lo inmenso se minimiza (todo se reduce a nada)
mientras tú sigues en cada movimiento de la brisa.


de Premios Ala Décima, 2007
MUCHACHA QUE BAILA SOBRE MIS PAPELES II

..................................................................... Me queda por decir no sé qué cosa…
............................................................................................ [Jesús Orta Ruiz]

1
hay un silencio redondo sobre la muerte que vivo.
desde la tierra percibo la refulgencia del fondo.
callada vienes de un hondo penar hija a dónde vas
sin trino para el jamás con esa extraña manera
de estar viva dentro y fuera. y sé y no sé si vendrás.

2
no sé desconozco el modo de retener esta nube...
ibas en ángel que sube... no pude cambiarlo todo.
árbol soy donde me podo la transparencia del día.
donde guardé mi alegría tus huesos penden del llanto
porque de perderte tanto vives de mí hija mía.

3
hija que vuelve a la cuna despojada del dolor
vestida en el esplendor desahuciado de la luna.
cuando bajas sin ninguna disparidad en mi mente
todo ocurre en aparente vuelo hacia la infinitud
hija tienes la virtud de ser el tiempo presente.

4
baila muchacha ese rito de la llovizna en la roca
que armoniosamente toca las estaciones del mito.
tengo en la garganta el grito primero de tu alborada
llevas la boca cerrada en tus pies tanto decir...
hija es posible vivir aunque tú sigas callada.

5
muchacha que sin querer abandonas tu coraza
para que hoy dances en casa guardo la foto de ayer.
traigo una piedra en tu ser junto al sol meditabundo
choca en el sueño en que me hundo con su carga inevitable
para que de un roce amable marque tu paso en el mundo.

6
tu glamour por los rincones de muchacha desolada
tiene la absurda mirada de saberte hecha jirones...
dibujabas corazones muñecos flores pequeñas
tendidas como cigüeñas sobre porciones de hastío.
fueron trazos de rocío donde quedaron tus señas.

7
por qué tan solos tus huesos de qué modo vas girando
sobre mi cabeza armando todos tus sueños ilesos.
por qué deshechos tus besos sobre el arca que atesoro.
por qué el silencio es sonoro para esta voz que te sabe
bajo la losa que grave resplandece como un coro.

8
la herida sobre el terruño de rojiza penitencia
va talando en la inocencia de probarse en el rasguño.
ofrecidas bajo el puño del errático tiraje
páginas en largo viaje sin la brisa del regreso
sólo un sueño solo y preso en la cima del celaje.

9
yo persigo en la frontera de la razón y la lógica
esa quietud paradójica de rehacerte a mi manera.
voy urdiendo por la estera losa gusano desecho
dolor tan acá del pecho fibra tuya sólo mía
desde adentro yo quería la infinitud de tu techo.

10
definitiva esta huella sobre la tierra en que arde
mi otra versión de cobarde cuando no alumbra tu estrella.
porque tú danzas en ella te visto con piel de espuma
doy a tu sangre mi suma tinta azul a tu mirada…
te vas y vuelves callada como el gesto de mi pluma.

11
bailas por ti en el recodo de esta pared reverente
bailas tranquila en mi frente dices algo de algún modo.
todo está aquí desde un todo sabiamente conjugado
nada dicho se ha callado dentro la voz ya palpita
lo imperecedero habita doblemente en mi costado.

12
no sé bien si en la ruptura se ha quebrado mi palabra
si una puntada macabra late endeble en la sutura.
si la vida nos procura su encuentro con la verdad
asumo esta realidad sobre el manto que nos cerca
para que en mi letra terca escriba felicidad.


lunes, 10 de enero de 2011

Nara Mansur (La Habana, 1969)


Nara Mansur Cao
(La Habana, 2.10.1969)

Poeta, autora de materiales para la escena, crítica teatral, editora, y promotora cultural.

Licenciada en Teatrología, Facultad de Artes Escénicas, Instituto Superior de Arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Fue redactora (1997 / 2001) y jefa de redacción (2001 / 2007) de la revista "Conjunto" de teatro latinoamericano, editada por la Casa de las Américas, institución esta en la que trabajó como parte del equipo del Departamento de Teatro (1994 / 2007).

Impartió el Seminario de Dramaturgia en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte entre 2002 y 2007.

Desde mediados de 2007 es colaboradora del Estudio Teatral El Cuervo, que dirige Pompeyo Audivert en Buenos Aires; e integró el equipo creador (actriz, investigación, dramaturgia) de la instalación teatral Museo Ezeiza en 2009. Actualmente prepara, junto a Audivert, un volumen sobre sus técnicas y principios artísticos.

Ha publicado:
  • Mañana es cuando estoy despierta, poesía, Editorial Letras Cubanas, 2000.
  • Un ejercicio al aire libre, poesía, Editorial Letras Cubanas, 2004.
  • Desdramatizándome. Cuatro poemas para el teatro, dramaturgia, Ediciones Alarcos, 2009.
Algunos de sus textos teatrales han sido llevados a escena, como Ignacio & María por Teatro D’Dos y La Guerrilla del Golem, así como Charlotte Corday. Poema dramático por el grupo de Santiago de Cuba. Materiales escénicos de su autoría también han sido representados en lecturas dramatizadas de festivales de teatro de Estados Unidos, Colombia y Puerto Rico.

Además, sus obras y artículos de crítica teatral han sido publicados en diversas revistas especializadas de América Latina y Europa.

Algunos reconocimientos:
  • Mención Premio 13 de Marzo de Poesía, Universidad de La Habana, 1993.
  • Menciones Premio David de Poesía (UNEAC), 1997 y 1998.
  • Finalista Premio de Dramaturgia Virgilio Piñera 2001, por Ignacio & María.
  • Finalista del Concurso Dramaturgia Innovadora “Casa de América-Festival de Escena Contemporánea”, 2002, por Charlotte Corday. Poema dramático.
  • Accésit del Primer Concurso de Dramaturgia, 2005, organizado por la Embajada de España en Cuba y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), por Venus y el albañil.
  • Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén 2011, por su cuaderno Manualidades.
Reside entre La Habana y Buenos Aires desde 2007.

( Direcciones de correo electrónico: bitolu@cubarte.cult.cu - naraenbuenosaires@yahoo.com.ar )


del libro Mañana es cuando estoy despierta, 2000
NOVIAZGO (DOS DESNUDOS EN UN BOSQUE)

El erizamiento del brazo que no toco
el labio prolongándose hacia el espejo
succiones de un vientre seducido y suicida
no decir nada y acariciarme
reír por débil
oír el goteo de una mujer de brazos lánguidos
y otra de falda y muslos transparentes:
lágrimas de vidrio y la luz mortecina
de la lámpara del techo
sombreada pelvis y mi padre
que no veas mi boca
adherida al espejo, de aire leve
que no oigas tu sable
la filosa hoja cuando deja
círculos de óxido en mi vientre
nada en la sombra
frágil
y todos esos abanicos
llenos de polvo.


RETRATO DE MUJER, EN SU CUARTO

Son las seis de la tarde
otra vez
Ensayo infinitas posibilidades de salir a escena
a ser
metáfora visual
muchacha decente y unos espejuelos
unos escarabajos de oro
puntiagudos
Mi cara en el espejo no es mi cara
Mi casa en la memoria no es mi casa
Ahora
no tengo cuerpo, no me quejo
El muslo dulce lo destiendo
y goticas de sangre alumbran mis dientes
Un mantel marrón a cuadros
y tu sabor atardeciendo
Una ligera movida, una ligera mueca
Son las seis de la tarde
otra vez
otra vez más
Pero me he dormido antes
incrustada, detenida
en el tibio centro de esas silenciosas
candilejas.


NATURALEZA VIVA

Sus manos duermen donde mis espasmos
sus dedos transcurren
a largas rayas verticales
entre una piel blanca
siempre una piel blanca
Veo su mano abierta, sin uñas
cuando el aire se hace metálico:
pedacitos de huesos con lunas
sin pensamiento
Mis manos hundidas en naranjas
la mansa corteza se quiebra:
se derrama mi lágrima blanca.


GUILLERMO EN MI PENSAMIENTO

En la saliva en mis camisas huecas
en la blanda caricia de su vientre
en los nervios crayolas anaranjadas
en todos los jarros células
en mi casa mis horquetillas
en las no miradas de sus no ojos
en mis manos eclipses escapando
en la abertura de mis labios siempre
en la historia en mis orines de encaje
Guillermo en mi boca en la punta de mis cejas
en la gelatina azul sus dientes
Guillermo enfermo roto sin solapas
Guillermo lavando mi pelo con espejos
Guillermo mirándose en mi nuca desnudo
Guillermo y yo y mis pechos tan blancos
más grandes una península y mi paisaje vegetal
Guillermo el embrión mi madre mi padre
mis tres hijos todavía
Yo.

……...............................................................….…FRIDA KAHLO. 1943. Óleo sobre masonite 75 x 60 cm
…….........................................................…….Colección Jacques y Natasha Gelman. México D.F.


DIEGO EN MI PENSAMIENTO

No veo las formas... arañas decapitadas
Vendería todo por nada. Nada tiene espacio:
vidas ensalivadas. Los niños son los días
que no soy yo... no ahora, tampoco las niñas
No escribí una carta a Diego. No oí a nadie
Un día sin bocas perdí mis retratos
Diego es un niño. Yo soy la gran plaza pública
un árbol otoñal, las cortinas que arden,
Sin ilusiones
... y la gente quiere palomas.



del libro Un ejercicio al aire libre, 2004
SUEÑO DE MI HERMANO MUERTO

Encontré la mano de mi hermano en el campo de caña
la que tiene el dedo meñique más crecido
así que supe que era mi hermano
así que supe que mi hermano estaba muerto.
Yo también me supe muerta, con mis manos perfectas
con las diez uñas de manicure en plena guerra.
Me quedé allí, me quedo allí hasta siempre
tirada
con la mano de mi hermano en mi mano
con las manos de todos los muertos en mi mano
con las manos de todos los ahogados
muertos
con las manos de todos los desempleados
en mi mano en la mano de mi hermano.
Me quedé dormida
hace dos horas ya.
Me levanté, busqué alguna rama verde
alguna florecita silvestre
algo evidente vivo y sano.
Enterré la mano de mi hermano en un montón de bagazo
y tropecé con un pedazo de la bandera:
escribí algo con su sangre
su nombre
él, el único que tiene un nombre reconocido (------)
comencé la huida, otra vez me fui.

Comencé el caminito de la muerte pequeñita.
Yo también.
Mi hermano también.
Muerte bebé, muerte recién nacida
muerte que tiene toda una vida por delante.


DIVORCIO

Cuando los viernes al salir de la oficina no siento placer
cuando su voz a veces la olvido.
Cuando los sábados me parecen demasiado largos
y los domingos caen sobre mí
como plomos esos días sobre mi cuerpo:
pequeños animales que me caminan por el cuerpo
y su saliva huele a pasado, a lo que fui y me entristece.
Todo sale por mi boca
la tos, los cadáveres que antes fueron postres
mi cinismo.
Cuando los viernes parecen demasiado cortos
y sus pantalones tan largos.
Cuando salgo del escondite después que se ha ido.
Cuando junto a los fantasmas de otros hombres entra al baño
y los veo afeitarse y usar colonia Azzaro frente al espejo.
Cuando tengo más prendedores que amantes.
Cuando la nada es mi fértil tierra en la que siembro
y la simulación transcurre desde los sombreros
hasta los gatos que izo como banderas.


RECONCILIACIONES

Ensayar la separación
abrir una pequeña zanja en nuestra tierra común
en la aridez y la fertilidad.
Convocar al agua para que nos divida y parecer unidos:
el agua
que es otra especie de sangre
una suma de lágrimas familiares y extrañas
juguetes.
Por este dolor acuoso se consumen nuestros esfuerzos
el mejor para decir: sí puedo hacer tu voluntad
pese a todo saltaré el muro, la alambrada
y apareceré de nuevo
solitaria
para vestirme de novia.


COMEDIA SILENTE

¿Y qué tiene ella que no tenga yo?
“Di, mamá”.
Algo tendrá, un aire más sofisticado, más falso, más seductor.
¿Quién puede culparme por no tener
una visión sentimental del pasado
del futuro del romance?
“¿Tú sabes qué cosa es reina?”.
No sólo la costurera rubia y ojerosa es triste y narrativa
mamá.
Uno, yo, me pregunto si soy mi nombre:
“Yo me llamo yo”.
¿Para quién soy un nombre, un hecho, un presente?
¿Soy un hecho, un presente, un nombre?
¿Quién es quién?
La gente pasa por aquí, pasea, se perfuma
los viajeros
todo lo que puede padecer un síntoma de belleza.
Él
¿estará pensando en mí?
(“Yo sin cesar pienso en usted”.)
El sinsentido atroz de mi alma
para mí, sin mí, contra mí
la duda del viajero efímero
en su mueca silente e inhibida.


YA VES, Y YO SIGO PENSANDO EN TI

Una sensación de mala palabra, una sensación de irse de rosca
de cortarse las uñas
con una tijera de podar las matas
una sensación de pesadilla, de adoración del dolor
un viaje a la ciudad a donde no puedo volver
un pinchazo, un aborto, costillas rotas.
Hormigas en el cerebro.
Y yo sólo pienso en ti
y yo sólo pienso en ti
en tu presencia alejada, desarraigada
tú que te fuiste y ahora eres espuma
como La Sirenita original.



del libro Manualidades, 2010
EN BUSCA DEL ÁRBOL DE NAVIDAD

Esta plantica que sembramos juntas
está hecha de hojas de eucalipto y flores de jacarandá.
Nace un niño, nace un árbol. Pero qué es nacer.
Llegan los algodones para arroparlos,
tiemblan las verdes ramas todavía muy nuevas e inexpertas,
llora desconsoladamente el bebé recién nacido.
Nada lo calma, ni la teta de la madre, ni su dulce mirada
ni el terror de la madre que también nace junto a él.
Terrores, terrones de azúcar blanca, espolvoreados sobre la espuma.
Las familias se acercan a celebrar y nada parece confundirlas ahora,
hay un mensaje de amor escondido en el árbol
esperando adentro de sus regalos,
tan bellamente envueltos, con papeles, cintas y brillos.

Qué es nacer.
Para Jesús fue innovar.

La doctrina que enseñó ........
…………........................…......……. introdujo una fuerza en la Historia diferente de los cultos orientales
y de la filosofía griega.” .......
.......................................................[Medardo Vitier]

Los dones ofrecidos, la ética desfigurada y el destino agónico del amor.

Le hablaré de esto a Emilia mientras la amamanto
y la consuelo míseramente por su llegada al mundo.
¿Las ramas cortadas aceptarán su temprana muerte
a causa de nuestro festejo vanidoso?
¿Nos harán entender algo?
Y qué podrían hacer, si el bosque, el jardín maternal
les va quedando tan lejos
y ahora son todos ruidos nuevos, bocinas, chirridos, golpes bajos.

Hay que abrazarse muy fuerte al hijo,
al padre, al espíritu santo y a la madre
todos los días.


HORA DE LA MERIENDA

Otra vez abuelo se muerde la lengua comiendo
mermelada de higo y queso crema.
Otra vez le saca brillo a los zapatos de Dinorah,
sus sandalias negras siempre un poco demasiado sucias
por el polvo de Víbora Park. Pero a ella le da
un poco de pena. Talco, talco, pata, pata, Emilia.
Dulces que resbalan: higos, duraznos, banana, pera
y también la calabaza y el boniato.

Cuánto temblor seguido de rutina y sueño. Cuánta hambre
y deseo de algo dulce. Cuánta aglomeración y ligereza.
Cuántas compotas y jugos. Cuántos platicos redondos
reunidos y cucharas y galleticas de plástico.
Que no brote una risa con prótesis y fatiga.
Comienza a saltar entonces la cuchara sin ton ni son.
Comienza a saltar Emilia en su butacón,
un cauce un miedo una caída, se asusta la mamá.
Río sin luna alúmbranos otra vez.
Agua demasiado caliente o demasiado fría. Plástico
que parece acero porque te pincha.
Verruga, lunar, roncha, mancha.
Emilia
se ha virado arriba la mermelada.
Abuelo grita de dolor.


UNA NIÑA, SENTADITA EN UNA CAMA, Y CINCO CADÁVERES

La noticia de su muerte le llegó al padre a las tres de la tarde. Estaba en una reunión…cuando empezaron a transmitir el comunicado, escuchó su nombre, mal pronunciado, y tardó un segundo un siglo en asimilarlo. Como una máquina ese hombre se santiguó oh redención rezo rescate de mi infancia bramido y de la infancia de su hija ahora cubierta por la muerte oh desgraciados oh qué desgraciado soy. El padre que recibe la noticia de la muerte de su hija se vuelve un niño y se santigua y se desploma su moral de hombre, de padre útil.
—Era mi hija—

Fin de los miedos sucesivos, fin del terror por gusto. Lo ha tocado en plena selva y se pregunta por su joven e inexperta e ingenua y entregada hija. No la mataron en la villa miseria los miserables sino el ejército de soldados miserables. Sólo recuerda --ahora que sabe que no la va a volver a ver, ni en la morgue siquiera-- que se trataba de una muchacha buena. Una muchacha que no sueña con una casa de dos pisos, con una piscina, un auto, caballos, jardines colgantes, joyas, París, un collar de perlas, Punta del Este, que no sueña con un príncipe o un gerente. El padre decide suspender la reunión.

—Estoy aturdido. Pensaba que era excesiva suerte, no ser golpeado, cuando tantos otros son golpeados. Sí, tuve miedo por vos, como vos tuviste miedo por mí, aunque no lo decíamos. Sé muy bien por qué cosas has vivido, combatido. Estoy orgulloso. Me quisiste, te quise. Me gustaría verte sonreír una vez más. No podré despedirme, vos sabés por qué. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, te celebro y quizá te envidio, querida mía.

Una corta y dura y maravillosa vida. Qué extraño e impresionante ascetismo. Y la muerta qué le dice a su pequeña bebé que la espera en su camita. La memoria de la madre muerta quién la defiende, quién le nombra a la pequeña huérfana a su mamá. Ese consuelo dónde lo buscamos. El padre soñó volver a vivir junto a su hija, aunque fuera en habitaciones de silencio, aunque fuera callados los dos por la pena.

—Como tantos muchachos que repentinamente se volvieron adultos, anduvo a los saltos, huyendo de casa en casa. No se quejaba. Sólo su sonrisa se volvía un poco más desvaída. Hoy en el tren un hombre decía: “Sufro mucho. Quisiera acostarme a dormir y despertarme dentro de un año”. Hablaba por él, pero también por mí.

Llevaba en brazos a su hija porque a último momento no encontró con quien dejarla. Se acostó con ella, en camisón. Usaba unos absurdos camisones blancos que siempre le quedaban grandes.
El 28 de septiembre, cuando entró en la casa de la calle Corro en el barrio de Floresta, María Victoria Walsh cumplía 26 años. Llevaba en brazos a su hija porque a último momento no encontró con quien dejarla. Se acostó con ella, en camisón. Usaba unos absurdos camisones blancos que siempre le quedaban grandes. El padre dice haber visto la escena con los ojos de la hija: la terraza sobre las casas bajas, el cielo amaneciendo, y el cerco policial de ciento cincuenta hombres. A uno de ellos le llamó la atención la muchacha, porque cada vez que tiraba una ráfaga se reía. El padre intenta entender esa risa. La metralleta era una Halcón. ¿Será porque las cosas nuevas, sorprendentes, siempre la hicieron reír?

—Querida Vicki, querida Vicki

El padre se pregunta si todos los que mueren como ella, tenían otro camino. La respuesta brota desde lo más profundo de su corazón: su hija pudo elegir otros caminos que eran distintos sin ser deshonrosos, pero el que eligió era el más justo, el más generoso, el más razonado. No vivió para ella, vivió para otros, y esos otros son millones. Su muerte fue gloriosamente suya, y en ese orgullo se afirma y es él quien renace en ella. Su muerte fue su pequeña gloria, los disparos caen sobre su cuerpo como aplausos y flores.

Era flaquita, tenía el pelo corto y estaba en camisón. Ustedes no nos matan —dijo— nosotros elegimos morir. Entonces ella y el otro hombre se llevaron una pistola a la sien y se mataron frente a los soldados. El coronel abrió la puerta y tiró una granada. Después entraron los oficiales. Encontraron una bebé de algo más de un año, sentadita en una cama, y cinco cadáveres.


MALA PRAXIS. EL PORTERO ESTÁ DE DUELO

Hay un niño muerto que cuida a los otros niños.
Hay un bebé ahogado en su cordón y mientras Emilia respira
él hace guiños y saca el aire que la puede dañar,
la hace eructar y agarrarse las piernas
lo más empinadas posible.
Y en la coreografía se besan los labios desnudos
los dos bebés:
el bebé que no está donde lo esperaban, y Emilia.

Hay una ceremonia preparada, un ron añejado y herida
una corazonada;
están los abuelos esperando que les entreguen
el cuerpo del santo varón,
está el milagro de la felicidad en mi propio cuarto, al lado mío.
Pero también el miedo y el ángel con prismáticos
que lo ve todo y no perdona las simulaciones
ni los accidentes.

Entonces Emilia bosteza y se viene todo abajo,
donde están las vacas, los elefantes y las ballenas;
con una sola vocal los llama y les pasa la lengua
deleitada,
deleitados,
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.

Hay algunas mamás que no llegaron a la hora indicada,
no se dieron cuenta o no se asustaron lo suficiente
y nos dejan sus historias clínicas como legajos de buena suerte
a las otras que pudimos aprender algo en el camino,
a las que nos sucedió el milagro
y no perdimos el sueño ni nada más preciado.
(Algo que no me atrevo a escribir aquí
por si creen que me he tomado alguna atribución indebida
o una de esas bebidas con las que no pudo celebrar
como esperaba la familia de Ramón).
Hay un niño muerto que vela el sueño de Emilia
y la hace llorar, tener hambre y despertarse.
Ella lo mira, le parece hermoso;
se refleja en sus pupilas la mirada del otro niño
con más pelo y esa especie de limbo
de donde viene:
el lugar de las aguas que lo inundan todo,
frágiles y pequeños los cuerpos
a la deriva.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Angela de Mela (La Habana, 1956)

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Ángela de Mela
–Eulalia Ángela de las Mercedes García Valdés–

(La Habana, 12.02.1956)
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Poetisa, investigadora y crítica literaria.

Graduada de Licenciatura en Historia General por la Universidad de La Habana y Master en Ciencias de la Familia, es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y forma parte del proyecto Ventanas, de la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios.

Creadora de espacios y tertulias literarias tales como “Agua Viva” y “Corcel de Fuego”, es también creadora y directora de la Orquesta de Poesía y Música de Cámara “IL Cántico”.

Ha publicado los poemarios:
  • De ti, melancolía, Colección “La barca de papel“, Ministerio de Cultura de la República de Cuba, 1987.
  • Dónde nombrar a Mela, Ediciones Zeta, Cuba – USA, 1990.
  • Tú o Yo, Ediciones Media Vaca, España, 1990.
  • Habana & Havana, Editorial Unicornio, 2003.
  • Estancias en el cielo, Ediciones Unión, 2006.
  • Rituales de la luz, Editorial Cultivalibros, España, 2008.
Posee inéditos los cuadernos de poemas: “Península de Hicacos”, “Mar de leva”, “Cántico para el huerto”, “Juego de porcelana” y “Los días que me escondes”.

Además, su obra se ha recogido en antologías coordinadas en Cuba y España, entre las que se encuentran:
  • Celebración de la palabra, Institución Alfonso el Magnánimo de Valencia, 2010.
  • poeMARio, Editorial El Taller del Poeta, Pontevedra, Galicia, 2010.

Por su quehacer ha recibido numerosas distinciones culturales, entre ellas, la medalla conmemorativa de la Biblioteca Nacional José Martí, y el premio “Coral del Aire”, por su contribución al desarrollo de la cultura cubana.

( Dirección de correo electrónico: angela.demela@hotmail.com )

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del cuaderno Península de Hicacos, inédito
CANTO XIV

Entender
en pleamar el ascua del Océano
frutos las piedras de ignotas descenciones
curso engastado
la coralina y el zircón frente al liquen
joyero que abre a nuestra andadura
su puerta milenaria
colgantes de amonite una vez más regresan
y el rosetón del fósil
rehace sus colores frente al cuarzo
uniformes en la rara aspillera
en mi regazo joyas
que tus manos recogen a trasmundo
abalorios que apremian desde el fuego
cresta de pedrerías
berilos y obsidianas
es la hoguera la tarde
y el tiempo en lo insondable mece a los minerales
unánime el rumor de anfibia mansedumbre
parpadeo la ruptura del hueco en la ternura
definitivo pliegue la saga de las aguas
asida soy lo suyo
de su propia manera
recuerdos que adornarán mi cuello
e iremos zozobrando en el turbión de vuelta.


CANTO XV

Que tu risa y tu gracia
colmen todo motivo
ten sujeto tu nombre
será tu pie y es cierto
las estatuas exigen
nos volvimos en marcha
esbelto como nada
el rural que amontonas
–sereno de mi paz–
no sabría en qué forma
pero en estas canciones
ya te habrá perdurado
giras sobre la luz
anteayer Las Antípodas
el sepia es limpio y claro
el cuarto de la casa esta pared
el océano
apoyo de palomas
un frescor alabastro
nadie ha dicho soñar
pero será amor mío
la herida entre las hojas
el dragón ciñe poco
su garfio tintinea en el cristal nevado
giras sobre la luz
qué puede ser la luz sino nobleza
entrecejo que acepto
a borbotones regresará
y pasearemos juntos echadas las cortinas.


CANTO XVI

Transfigurar
el uso de las hendiduras
que acoraza en las sombras
latitud
dueñas de himnos para el tacto
anidan tras el borde las sirenas
túnicas insaciables
conducen a su riel de avistado hemisferio
oteamos la leve rozadura de la escama
el géiser
qué transparencia para dejarse intacto
corre el mundo por tu tez
y propone tatuar hacia lo hondo
lo anterior submarino
tú y yo espumamos el sitio que devora
la arena emerge la quilla de un velero
ya no será ese límite
–sobre mí las estrellas
miradas con fijeza el mundo muere–
como rueda de ángel
como viento a la rama
sin salir de raíz
asunta al firmamento
la luna del pinar
si nos salva
quedará de esa lumbre
en el rincón argenta
si eternizo
amor bajo palabras
que sea como gota
tras el índigo mago
retomar las distancias
aún de ese paisaje
espigar en los saltos
como los puentes
la pareja del polvo
y abrazados y solos existir
para no ser memoria.


CANTO XVII

De eternidad o de añoranza
el horizonte
que hizo comensales
y en el tercio ventanas y secretos
acertarán a ver
las aves del principio
rozaría un comienzo
el ver pasar el agua
el agua como ahora
llevará nuestros nombres
de flores bienvenida
pulirá su aguijón
en la oquedad que lame
al pie de los juncales
la gloria del vacío
donde la primavera
en lilas y heliotropos
lo transcurrido aguarda
y todo nacerá
el humo es un gigante
que te amansa y sonríe
mientras tenga palabras
sujetaré este junio
su filo desde un huerto
para no echarte nunca
y el jardín será claro
todo el tiempo siguiente
qué importa si concluye
la tierra en la península.



del cuaderno Mar de leva, inédito
CANTO III

La casa
la yugular mordida
en la tromba de espumas
también era de nadie
la viga cavó al nácar
su castillo
de cadencia ignorada
al filo de los caños
gira desvencijado
en aluvión frenético
fenece la columna
combado el epicentro
su sismo en las astillas
y en abisal relieve
recala temerarios desnudos
al eje de catástrofe
contra la soledad
el afecto en la cal
que ilumina y esconde
enzarza en los escombros
el litoral
donde crujen mis venas
y regreso a tensar
uno a uno sus palos.


CANTO IV

La casa es un espacio
el temblor es más terco
donde las transparencias
en espinas de rocas
confunden a la suya
hará girar la grieta
lo que abisma y se yergue
en estampida
codiciosos postigos
cuando llegue la hora
las heridas
la piel
nada será olvidado
hará valer el tiempo
debajo de las cosas
el mar como a su encuentro
pondrá fin a un naufragio
el viento a su velamen
y a ese obstinado suelo
donde la luz padece
el ocre en los armarios
los pliegues de la blusa
el cajón que amontona
polillas en las dunas
temblorosos retratos
las pequeñas e inmóviles
ensenadas del polvo
como centros del agua
pasarán a ser gloria del sitio
mansamente
al sajuan perfumado
y al búcaro atendido.


CANTO IX

La casa en caracola
ahora que es tatuaje
soberana deslinda
el hogar de los sitios
amanece y es poco
los restos y las fibras
lo amargo de lo dulce
ella sabe que nombra
un tesoro de gesto
mar de leva ahora propio
que descubro entretanto
que oxidados los grifos
mal detienen
desdobladas las sábanas
el tropel del regreso
del amor
miro el copiado mar
y nada es comparable
a la bestia que puede
sostener su defensa
con las luces prudentes
las muñecas que íbamos
apartando del beso
regresan
con la simple costumbre de ser
igual las margaritas asoman
del desastre
y la herida no es grave
ni el perdón tarda o vence.

martes, 7 de diciembre de 2010

Heriberto Pages (La Habana, 1950)


Heriberto Pagés Lendián
(Regla, La Habana, 1950)

Poeta, traductor, crítico literario y profesor universitario.

Es graduado de Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad de La Habana, y Máster en Artes por la Universidad de Toronto. Ha sido profesor y supervisor de Inglés en diversos centros educativos cubanos, y ha realizado traducciones para la Editorial Arte y Literatura y varias revistas literarias cubanas. Fue intérprete oficial de encuentros literarios en Casa de las Américas, en la década de 1980. Actualmente se desempeña como profesor en la Universidad de Ryerson, Toronto, Canadá.

Su labor como traductor y crítico literario ha sido muy extensa tanto en Canadá como en otros países, fundamentalmente en Estados Unidos.

Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba desde 1990, traductor acreditado de la Association of Translators and Interpreters of Ontario desde 2001, y fue miembro de American Translator Association.

Ha publicado:

  • Los nombres de la noche, Editorial Letras Cubanas, 1987.
  • Cada amanecer en este mundo, Editorial Letras Cubanas, 1991.
  • Añoranza, Ediciones Extramuros, 1992.
  • Antología poética cubana para Macedonia, Editorial Letras Cubanas, 1992 (en colaboración con Virgilio López Lemus).
  • Justo Jorge Padrón, Antología Poética, Edición Especial, Dirección de Literatura, Instituto Cubano del Libro, 1992 (en colaboración con Virgilio López Lemus).
Posee, además, el poemario inédito Las aves circulares del exilio, 1992-2009.

Numerosos artículos y poemas suyos se han publicado en revistas y periódicos de Cuba, Canadá, USA, Argentina, México y Macedonia.

Desde 1991 reside en Toronto, Canadá.

( Direcciones de correo electrónico: hpages@spanishwords.net - heriberto.pages@sympatico.ca )
.


EL AVE DE TU CORAZÓN

Si te pierdes
y la noche viene
¿tendré que esperar?
Si llegas
y no hablas
¿tendré que esperar?

Esperar
que el ave de tu corazón
levante sus alas abatidas
y se aleje de la ciudad
hacia los árboles sin hojas
hasta que la primavera
regrese.


REFLEJOS

— I —

El empedrado rompe mis pasos
con un firme contacto de dureza y presencias.
La tarde apresada en la luz
se encauza en las calles estrechas
desde el espacio puro de la plaza.
Anunciación silvestre los gorriones.
La Catedral, gigante concha abierta,
es oleaje cambiante
en la rotación eterna de las horas
y sobre las tejas el Sol
funde los campanarios.
Todo retenido, perenne, rescatado.
Escenario vuelto a montar
sin el voceo de los pregoneros,
sin el crujido de los carruajes.
Jacques de Sores
no volverá jamás
aunque a las nueve
siga oyéndose
la salva.

— II —

Tras los cristales
de las vitrinas del museo,
en los salones,
los objetos personales
ya sin dueños.
De las paredes cuelgan
platos de porcelana
y en los pasillos
galerías de próceres
reciben el asedio
de turistas que pasan.
En temblor henchido de lluvia
las ramas verdes de las palmas
susurran en el patio colonial.

— III —

La Giraldilla mira el horizonte;
a sus pies la bahía y el mar se extienden;
los gritos de los niños que juegan
le recuerdan su infancia lejana
allá, en Sevilla.
Sólo el empedrado
devuelve mis pasos.
Atrás,
los faroles encienden
sus ojos quiméricos
en la oscuridad.


EL POETA

Allá, en el hondo horizonte, las colinas de mi pueblo son nubes en la lluvia gris de la tarde. El relieve industrial se borra y sólo sobresale la presencia solemne de los árboles. Muchos ven las tardes lluviosas con la rara nostalgia de sentir que algo se repite. Hurgo en el misterio de la vida y lo escribo. Son las palabras arrancadas al silencio de los hombres en el presagio que pinta la tarde las que conforman esta página inerme en el tiempo, tan inerme como ellos desde cuya precariedad se rebelan a través de mí… porque yo soy el eco, la lluvia, la tarde.


LAS AVES CIRCULARES DEL EXILIO

Las aves circulares del exilio
picotean mis ojos
y veo en el horizonte
un crepúsculo incesante.

Las aves circulares del exilio
picotean mi corazón
y siento el dolor del mundo.

¿Es el exilio la tierra extraña
en la que se extravía nuestro nombre
o la utopía de volver a empezar?
.
La respuesta no importa,
ni importan las razones.
.
Las aves circulares continúan
su obstinada labor
picoteando mis ojos
picoteando mi corazón.


NOSTALGIA DEL OCÉANO

El océano esculpe las rocas de la costa
excava oídos para la espuma,
afila puntas de naufragios.

El océano tiene la obsesión de las olas,
la constancia de las mareas,
la aspiración de los astros.
Y lo ha presenciado todo:
la aparición de la vida,
los pasos de Cristo.
En él las palabras terminan
y las palabras vienen de él.

En el silencio del mundo
es lo único que escuchamos.
El recuerdo vivo del tiempo,
la nostalgia de Odiseo,
el reflejo lejano de todas las ciudades.

Y también la distancia
o el abismo rodeado de quimeras
—no como los antiguos imaginaron—
sino de “lo que es posible o verdadero
no siéndolo.”

Sobre él yace la tierra
llena de almas a la deriva.
Bajo él los ojos de los ahogados
y las sombras de los peces.

La costa dibuja el océano
inclinándose para levantar el mar desde el fondo.
Y la ciudad se desliza trémula en el agua
con la decisión de un suicida
al que olas y algas arrastran.

El océano es el primer libro:
sus letras fosforescentes en la noche,
su lenguaje más antiguo que el arameo
para ser leído y cantado.

Hay fragmentos de él
en la memoria del recién nacido
que mira con esos ojos líquidos
que nos fascinan
como si a través de ellos
él estuviera mirándonos.

El océano es la conciencia del hombre
que no entiende la muerte,
del hombre que intenta encerrarlo
en sus cartas náuticas
con pretensiones vanas.

En los malecones del alma
sus estallidos ceden
y conquistan cediendo.
.
En la bahía
una nave traspasa frágilmente
la línea del alba
y en una estela que se borra
alguien que nos ama
no regresa jamás.
.

.