martes, 8 de abril de 2008

Nancy Morejon (La Habana, 1944)


Nancy Morejón Hernández
(La Habana, 7.08.1944)

Poeta, ensayista, periodista, crítica literaria y teatral, y traductora.

.
Licenciada en Lengua y Literatura Francesas por la Universidad de La Habana, en 1966. Miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua desde 1999, se desempeña en la actualidad como asesora de la Casa de las Américas, y como Presidenta de la Asociación de Escritores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) concluido el VII Congreso de esta en abril de 2008.

Ha alcanzado un inestimable prestigio consagrándose al estudio de la obra de Nicolás Guillén y de las literaturas del Caribe.

Su obra poética incluye más de veinte títulos entre los que se destacan: Mutismos (1962), primero; Where the Island Sleeps Like a Wing (antología bilingüe, 1985); Piedra pulida (1986); Botella al mar (antología, 1997), Richard trajo su flauta y otros poemas (2000), seleccionada y prologada por Mario Benedetti. Se destacan además: Cuerda veloz (2002); Looking Within / Mirar adentro (2003); así como la Antología poética (1962-2000); y el más reciente: Carbones silvestres (2006).

Ha merecido importantes reconocimientos dentro y fuera de nuestro continente, como las Insignias de Oficial de la Orden al Mérito de la República de Francia, y la réplica del Machete de Máximo Gómez, entre otros.

Premios literarios:

  • Premio de Poesía Rubén Martínez Villena de la Universidad de la Habana, 1964.
  • Mención Premio de Poesía UNEAC a su libro Richard trajo su flauta y otros argumentos, 1967.
  • Premio Nacional de Ensayo Enrique José Varona de la UNEAC a su estudio Nación y mestizaje en Nicolás Guillén.
  • Mención en el Premio Internacional de Poesía "Pérez Bonalde" a su Paisaje célebre. Poemas 1987-1992, Venezuela, 1993.
  • Premio Nacional de Literatura, 2001.
  • Premio Yari-Yari de Poesía Contemporánea por el conjunto de su obra, Universidad de Nueva York, 2004.
  • Premio Corona de Oro de Struga, Macedonia, 2006.
  • Premio “Rafael Alberti”, 2007.
  • Premio Internacional de la Asociación de Escritores Gallegos, 2008.

A sus libros Piedra pulida, Elogio y paisaje, y La Quinta de los Molinos les fue otorgado el Premio de la Crítica en 1986, 1997 y 2000, respectivamente.

( Direcciones de correo electrónico: presidentaescritores@uneac.co.cu - escritores@uneac.co.cu )
.

del libro Elogio de la danza, 1982
EL TAMBOR

Mi cuerpo convoca la llama.

Mi cuerpo convoca los humos.

Mi cuerpo en el desastre
como un pájaro blando.

Mi cuerpo como islas.

Mi cuerpo junto a las catedrales.

Mi cuerpo en el coral.

Aires los de mi bruma.

Fuego sobre mis aguas.

Aguas irreversibles
en los azules de la tierra.

Mi cuerpo en plenilunio.

Mi cuerpo como las codornices.

Mi cuerpo en una pluma.

Mi cuerpo al sacrificio.

Mi cuerpo en la penumbra.

Mi cuerpo en claridad.

Mi cuerpo ingrávido en la luz
vuestra, libre, en el arco.


del libro Paisaje célebre, 1993
COTORRA QUE ATRAVIESA MANRIQUE

De súbito, una cotorra mínima
va a desplazar su pico por la calle Manrique
y la despavorida, ronronea, dando palos de ciego,
tal vez buscando algún destino.
Los verdes y los azules de su cuello
estallan frente a las zanahorias,
el berro y las lechugas.
Dos negras se aproximan,
desde la multitud,
en un vaivén de hamacas vivas,
columpiadas por el viento del Golfo.
Un vendedor de periódicos
apenas puede pregonar,
absorto ante el fulgor de la cotorra
y la belleza natural de las negras.
La calle Manrique es un boceto de Landaluze
y se detuvo el vendedor
como alguien que acaba de descubrir todo un zoológico.


(selección)

CÍRCULOS DE ORO
.
Cantan las aves en la mañana,
sobre el techo de la iglesia meditabunda
pero nadie las escucha a las aves tranquilas
sino el explorador que bajó de las montañas
después de la lluvia. Andar y andar,
atravesando los pastos húmedos,
es una forma de conocer el ambiente
de este pueblo extraño donde las calles
son círculos de oro traídos de la alta mina.

Andar y andar, después que los relámpagos
trajeron su verdad hasta las raíces del almendro en flor.
Oímos todavía el canto bendito de las aves
en la mañana
pero hay unos forasteros, que son soldados,
con sus fusiles en ristre a punto de disparar
sobre la luz del vuelo emprendido por las aves
que cantan en la mañana.

Andar y andar del amigo que contempla
la escena asaltado por el azoro más indescriptible.
Disparan sobre el vuelo azul de las aves
los invasores impunes con sus cascos feroces
y sus fusiles hambrientos de sangre inocente.

Andar y andar, y no comprender nada
sino el derecho de las aves a cantar
y el derecho de los paseantes a escucharlas.
.
.
MUJER NEGRA
.
Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar. La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Pero no olvido el primer alcatraz que divisé.
Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.

Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestral.
Me dejaron aquí y aquí he vivido.
Y porque trabajé como una bestia,
aquí volví a nacer.

A cuanta epopeya mandinga intenté recurrir.
Me rebelé.
Su Merced me compró en una plaza.
Bordé la casaca de su Merced y un hijo macho le parí.

Mi hijo no tuvo nombre.
Y su Merced murió a manos de un impecable lord inglés.

Anduve.

Esta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes.
Bogué a lo largo de todos sus ríos.
Bajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no comí.

Por casa tuve un barracón.
Yo misma traje piedras para edificarlo,
pero canté al natural compás de los pájaros nacionales.

Me sublevé.

En esta tierra toqué la sangre húmeda
y los huesos podridos de muchos otros,
traídos a ella, o no, igual que yo.

Ya nunca más imaginé el camin a Guinea.
¿Era a Guinea? ¿A Benín? ¿Era a
Madagascar? ¿O a Cabo Verde?

Trabajé mucho más.

Fundé mejor mi canto milenario y mi esperanza.
Aquí construí mi mundo.
Me fui al monte.
Mi real independencia fue el palenque
y cabalgué entre las tropas de Maceo.

Sólo un siglo más tarde,
junto a mis descendientes,
desde una azul montaña.

Bajé de la Sierra

Para acabar con capitales y usureros,
con generales y burgueses.
Ahora soy: sólo hoy tenemos y creamos.
Nada nos es ajeno.

Nuestra la tierra.

Nuestros el mar y el cielo.
Nuestras la magia y la quimera.
Iguales míos, aquí los veo bailar
alrededor del árbol que plantamos para el comunismo.

Su pródiga madera ya resuena.
.
.
A UN MUCHACHO
.
Entre la espuma y la marea
se levanta su espalda
cuando la tarde ya
iba cayendo sola.

Tuve sus ojos negros, como hierbas,
entre las conchas brunas del Pacífico.

Tuve sus labios finos
como una sal hervida en las arenas.

Tuve, en fin, su barbilla de incienso
bajo el sol.

Un muchacho del mundo sobre mí
y los cantares de la Biblia
modelaron sus piernas, sus tobillos
y las uvas del sexo
y los himnos pluviales que nacen de su boca
envolviéndonos si como a dos nautas
enlazados al velamen incierto del amor.

Entre sus brazos, vivo.
Entre sus brazos duros quise morircomo un ave mojada.
.
.
VOLVERÁS
.
Desde el Sur, de cara al sol, tocamos a tu puerta clausurada
para entregarte nuestra palabra en su ensueño feroz, pero
con su ojo despierto que dice la verdad, la huella del espanto,
así como la fuerza del amor.
Tus poemas han sabido atravesar los muros que ahora te
devuelven los poemas nuestros, amasados desde un Pilón
de arena y piedra en cuyo paisaje se han plantado, triunfales,
tu voz y tu esperanza, pues con ellas hemos podido convivir
y con ellas también hemos cantado a la orilla de esta ensenada,
de frente a la montaña. Tú no estás solo porque eres tú
nuestra palabra, porque eres tú nuestra esperanza. Ya no
estarás solo jamás pues tu dolor se nos vuelve rocío, porque
tu soledad, cima o abismo, no carece de sueños.
Soñaremos contigo. Te traeremos a estas montañas y a este
mar porque regresarás como un rey confidente, porque ya
estás volviendo y queremos creer que es este tu retorno:
Aquí hay aves, estrellas, lluvias, ríos,
árboles que dan frutos y dan sombra…
Esta es tu casa.
Porque tu casa visible es la palabra.
Piensa, guardián de los escudos, que pronto habrá un
amanecer en donde entonaremos juntos el himno
incabable del amor.
.
.
VILMA EN JUNIO

Junio trajo la lluvia tempestuosa,
la estrella natural que mece el viento.
Junio poblaba el mar de sentimiento
con la fina presencia de una rosa.

Vilma sabrá guardar la primorosa
espuma fiel de un cielo derramado
como el silencio de su bienamado
bajo el cristal amigo de otra rosa.

Yo la vi levitar como una estrella
viva, serena, amena y encendida.
Vilma, brillando aún como centella,

en la perenne rosa convertida,
hecha canción y sueño realizado
como una clara estrella amanecida.


jueves, 3 de abril de 2008

Jose Kozer (La Habana, 1940)


José Kozer
(La Habana, 28.03.1940)

Poeta, ensayista, traductor y profesor universitario

.
De padres emigrantes judíos provenientes de Polonia y Checoslovaquia, nació en La Habana, Cuba, donde vivió sus primeros veinte años.

De 1965 a 1997 (año de su jubilación) enseñó lengua y literatura en español en Queens College, Nueva York. Fue Jefe de Cátedra del Depto. de Literatura Comparada de dicha universidad.

Su poesía une varias tradiciones poéticas importantes, como la judía o la norteamericana; crea un mundo poético personal y a la vez preocupado por el papel del lenguaje.

Ha sido ampliamente antologado y publicado en numerosos periódicos y revistas de Europa, América Latina y Estados Unidos

Recibió la Beca Cintas, la Beca Gulbenkian, y el Premio Julio Tovar de Poesía, 1974.


Poemarios publicados:

  • Padres y otras profesiones (1972-USA)
  • Por la libre (1973-USA)
  • Este judío de números y letras (1975-España)
  • Y así tomaron posesión en las ciudades (1978-España)
  • Jarrón de las abreviaturas (1980-México, 2003-USA)
  • La rueca de los semblantes (1980-España)
  • Antología breve (1981-República Dominicana)
  • Bajo este cien (1983-México)
  • La garza sin sombras (1985-España, 2006-Argentina)
  • El carillón de los muertos (1987-Argentina, 2006-México)
  • Carece de causa (1988-Argentina, 2004-Argentina)
  • De donde oscilan los seres en sus proporciones (1990-España, 2007-Chile)
  • Et mutabile (1995-México)
  • Los paréntesis (1995-México, antología)
  • AAA1144 (1997-México)
  • Réplicas (1997-Cuba, antología)
  • La maquinaria ilimitada (1998-México)
  • Dípticos (1998-España)
  • Farándula (1999-México)
  • Al traste (1999-México)
  • Mezcla de los tiempos (1999-México)
  • Rupestres (2001-Brasil y Panamá, portugués-español)
  • No buscan reflejarse (2001-Cuba, selección antológica)
  • Bajo este cien y otros poemas (2002-España, selección antológica)
  • Rosa cúbica (2002-Argentina)
  • La voracidad grafómana: José Kozer (2002-México)
  • Anima (2002-México)
  • Madame Chu & outros poemas (2002-Brasil y Panamá, portugués-español)
  • Un caso llamado FK (2002-México y USA)
  • Una huella destartalada. Diarios (2003-México)
  • Ogi no mato (2005-México)
  • Y del esparto la invariabilidad (2005-España)
  • Íbis amarelo sobre fundo negro (2006-Brasil, portugués-español)
  • Stet (2006-USA, selección antológica, inglés-español)
  • Trasvasando (2006-Venezuela)
  • De donde son los poemas (2007-México)
  • Práctica (2007-México)
  • Mueca la muerte (2007-Chile)
  • Ocambo (2007-Chile)
  • Veintidós poemas (2007-México)
  • En feldafing las cornejas (2007-México)
  • Trazas (Spuren) (2007-Suiza, alemán-español)

Reside en Estados Unidos de América desde 1960..

( Dirección de correo electrónico: jkozer@comcast.net )

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Tres poemas inéditos (cortesía para AlasCUBA)
ESTADO NATURAL

Ganga,

fluye: aguas espesas de cenizas, las piras vierten sacos de muerte a
tus aguas putrefactas, tú, en
todo caso, fluye: despacio.
Sin desembocadura ni peces.
A tus orillas coloco un
platillo (dorado) semillas de
mostaza, un ramo ajado
(se ajó por el camino) de
rosas de Malmaison: en
nombre de madre pacífica
la vaca. ¿Esto es devoción?
Ir, ya viejo, a orillas del
Ganges, a las abluciones,
justo con el dólar por los
suelos, ¿esto es devoción?
¿Un auténtico sacrificio;
a quién? ¿Ganesh?
Apertrechado de sutras en
inglés, varias cajas de
incienso (conos; varillas)
un saco de arroz a repartir,
monedas de cobre. Horas
de vuelo, retortijones de
estómago, músculos ateridos,
calambres (calambrica de
sólo pensar en la Muerte).
Y una fatiga crucial. Paripé,
paripé: todo esto es un
paripé. ¿Qué devoción ni
ocho cuartos? Estos son los
negocios que mueven la
maquinaria del mundo:
hostales baratos, guías
espirituales, pordioseros
profesionales, y nuevas
técnicas de mercadería y
consumo que nos hundirán
a todos en veinte años
(mark my words). Rosas
al agua. Semillas de mostaza
al viento. Fluye, Ganga,
llévatelo todo, cobres, arroz
e incienso, entre pestilencias,
esencias de rosa, túnicas
azafranadas, al sótano donde
el agua es hojarasca incinerada:
la oquedad (ni ulterior ni
primordial) vacío desaforado.
Tanta cháchara. No sabe uno
ya qué pensar. Dioses por aquí,
gastos por allá, y el raciocinio
renuente a creer, desde su
covacha, en esta ficción ingente
(morir no es siquiera llevarse
una sorpresa) (la sorpresa
siquiera de la Nada). Retumba.
Hoya hueca su silencio. Surja
otra almeja, otro grano de arroz
(moreno) pan frito asolado por
las ajorcas de viudas famélicas
regurgitando dosis prístinas de
ceniza. Hambre (habrá hambre).
Veraz. Y en el pudridero de
todos los santos, yoghis,
santones y demás mercenarios
de la indefectible Cloaca,
albricias, Ganga, Ganga Rey
(panta rei) soy (seremos) por
aluvión (acarreo) (bajantes y
arcaduces) mostaza renovada,
floración Malmaison, pura

metáfora.



ASIR ASCUA

Luzbel, sólo aparente: estratos, claros, unos cirros, he ahí
lo verdadero.

¿Dios? Una puntada sobre el papel y va surgiendo el abedul:
trazo y retaceo; pespuntes,
una malla, surge un bosque:
su blancura me deslumbra;
su esbeltez aligera en mi
mirada este cuerpo abismado,
brumas del sueño al mediodía,
a las tres de la tarde, el largo
sueño intermitente de la noche,
la madrugada desvelada del
Insomne, voy a bailar (balar)
contoneándome entre los
abedules, adolescencia de
mis padres, de un brazo la
madre, del otro el agobio
del sueño en la cabeza a
punto de desplomarse: me
aligero, beso el tronco níveo
de un árbol, ¿y Dios? Estratos
dejan paso, espacio, a unas
ideas despojadas de hojarasca
(no consigo expresarme).

Se me escapa (a lo sumo queda un rastro intermitente que volveré
a rastrear): no tengo otra
condición, el apuntador
calcula mi siguiente
parlamento, pelele
exclamo, se apagan las
luces, me voy hundiendo
en la butaca del salón de
los espejos (los pasos
perdidos): un estero,
pozas, el desequilibrio
del cuerpo en su núbil
debilidad, reciente y
núbil viejo: borde del
abismo. Abedul. Ciclo
último de tinieblas. Se
me cierran los ojos. Y
sigo sin ver nada ni
dentro ni afuera.

Soy un filósofo de pacotilla procurando interiorizar una manzana.
El ente intransigente de la manzana impide sostenerme: me
abandono. No puedo
retener por su eje
nada. Me encojo de
hombros, me cruzo
de brazos, puesto de
espaldas vadeo un
yermo, tanteo espacios
abiertos donde (astral)
me pierdo, cada
movimiento que hago
implica un tropiezo:
me impele, de medio
lado. Contusión. Se
vara el riego sanguíneo
en puntos cardinales
(nódulos) (ahora mismo
los palpo en la planta
del pie derecho): en una
intersección del flujo
brota (brillante) la
manzana (grávida):
dique: aire expelo:
jadeo. Y flora vivaz
me mareo (no sé dónde
estoy parado) coito
extraviado.



ASÍ DE SENCILLO

Un
esquimal haciéndome señas sí a ti en un sueño ¿a mí un
esquimal? gélido anoche:
¿qué tengo que ver yo con
un esquimal? jamás vi cosa
igual, y me rondaba, fiero,
el arpón ¿salió de un cuento
de Poe? ¿yo dormía?

Éstas
son manifestaciones novedosas de las clásicas Furias de
peplo, rostro acólito de diosas,
cachos reproduciéndose en
el aire de medusas, y demás
patetismos de la mente (al
anquilosarse) asustada. Y me
digo al despertar, si es que he
despertado (he despertado: no
voy a empezar a elucubrar el
rollo de la mariposa y Chuang
Tzu): a limpiar se ha dicho la
cabeza, no más musarañería,
en lo adelante, por ejemplo,
limitaré a unas 2000 palabras
mi vocabulario (silla curial la
butaca del cuarto).

Unas
2000, chévere. Reducir el esquimal a monje, inactivo velo
del paladar, glotis inactiva.
Esto es ideal. El gran sueño.
Imposible mejor subterfugio.
Sostener el cuerpo espiritual
con vocablos del tipo rosicler,
olíbano, volapuk, colofonia
(cuidado, no lleva acento).
Terebinto. El escobillón en
alto, voy barriendo del techo
restos de telarañas que
tanto espacio ocupan en
mi desmoñingada cabeza.
¿No sientes ya la liberación?
Siento unas ganas del diablo
de ver dar vueltas los rehiletes.

Lento
circunscribir de un derviche, aspas los brazos, bracear las
aguas cercanas a un acantilado
(abras): eran aire. El disolvente
aire que amaina la cabeza.
Ahora se está bien: nada
equivale a nada. Planto pica
(a quien esto lea le aseguro
que no estamos en Flandes).
Hallandale, el ventanal, el
canal, negros nubarrones
que no son negros bugarrones,
la luz tropical, la soledad
brutal del actual momento
histórico (ahistórico)
(metahistórico) (antihistórico)
me da lo mismo: acomodo los
fondillos, las plantas de los pies
(temprano y ya hace qué bueno
calor). Una charola, orlas,
quetzal, charango, la abstracta
figura de un príncipe azteca.
Bonito. Me siento a leer a
Armand Schwerner. Leo (pelo
una mandarina) leo (hollejos
tres a la boca). Me ensucié la
camisa (babero p’al viejo).
Rabio. Esto no me pasaba
antes. Se va perdiendo el
control. Leo (mermo) un
tanto compungido (espanto
no obstante la mosca de la
contrición): no quiero piedras
en el camino. Simplifico:
máximo, 2000 palabras. Me
pueden sostener cornezuelo,
dingolondango, y va que
chuta verla pasar, mamey.

.

lunes, 17 de marzo de 2008

Francis Sanchez (Ceballos, 1970)


Francis Sánchez Rodríguez
(Ceballos, Ciego de Ávila, 20.09.1970)

Poeta, narrador, ensayista y editor.

.

Miembro fundador de la Asociación Hermanos Saíz de su provincia natal, en 1986, cuando fue electo responsable de la sección de Literatura. En 1996 ingresó en la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Pertenece al grupo de intelectuales avileños católicos que en 1997 fundó la revista sociocultural trimerstral "Imago", en la que trabaja como redactor desde entonces. Es miembro fundador de la Unión Católica de Prensa de Cuba (UCLAP-CUBA) desde 1998.

Actualmente trabaja como Jefe de Redacción de la Revista Cultural "Videncia".

Ha publicado, entre otros:

  • Empapado por virutas (plaquette de poesía), 1985.
  • Revelaciones atado al mástil (poesía, finalista del Premio Nacional de la Crítica), 1996.
  • El ángel discierne ante la futura estatua de David (poesía, Premio “América Bobia”), 1999.
  • La poesía cósmica de Francis Sánchez (poesía), México, 2000.
  • Luces de la ausencia mía (poesía en décimas, Premio internacional “Miguel de Cervantes”, España), 2001.
  • Reserva federal (relatos), 2001.
  • Música de trasfondo (poesía, Premio “Poesía de primavera”), 2001.
  • Dulce María Loynaz: La agonía de un mito (ensayo, Premio "Juan Marinello"), 2002.
  • Cadena perfecta (cuento, Premio “Cirilo Villaverde”), 2004.
  • Nuez sobre nuez (poesía), 2004.
  • Un pez sobre la roca (poesía), 2004.
  • Caja negra (poesía), 2005.
  • Extraño niño que dormía sobre un lobo (poesía), 2006.

Ha preparado las Antologías poéticas:

  • Arribos de la luz (poesía), 2000.
  • Antología de la Décima cósmica de Ciego de Ávila (Frente de Afirmación Hispanista, México), 2002.
  • Estación interior (poesía), 2003.
  • La sombra en la espiga canta (poesía en décimas), 2004.
  • Jardines invisibles (poesía, Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico), 2005.

Además, está incluido en numerosas antologías de poesía contemporánea hispanoamericana, tanto en Cuba como en el extranjero.

Premios y menciones obtenidas:

  • Premio Concurso Nacional de Poesía «Regino Boti», Guantánamo, 1996.
  • Premio Nacional de Ensayo «Juan Marinello», 2000.
  • Premio de Internacional de Poesía «Miguel de Cervantes», Armilla, España, 2000.
  • Gran Premio del Concurso Nacional de Poesía «Regino Pedroso», 2001.
  • Primera Mención en el Premio Nacional de Edición, 2002.
  • Premio Nacional de Narrativa «Cirilo Villaverde», 2003.
  • 2do Premio del evento «Memorias» de las Romerías de Mayo, Holguín, 2004.

( Dirección de correo electrónico: francileana@ciego.cult.cu )

..Revista Videncia ( http://www.videncia.cult.cu/ )
..Revista Arbol Invertido ( http://www.arbol.ciego.cult.cu/ )



REZO CORAL A ERNESTO

No me dejes morir perdido en mis espaldas
a través de esta hedionda cruz de amables costumbres.
Todo el tiempo hice trampas. Jugué a perder las cumbres
de los fuegos que asciendes y las nieblas que escaldas.
Huía contigo al monte alzándole las faldas
con los ojos de un niño —descascaraba un trueno.
Hazme de una costilla nueva, otra vez sereno
como el amplio naufragio del mar ante el crepúsculo.
Haz que la ofensa sea el melodioso músculo,
ágil lámpara oculta bajo carreta de heno.
Ah, tantas emboscadas nos tendiste en la brisa
para expulsar de nuestro eco a los mercaderes.
Nos quisiste pagar todos los alquileres
vencidos, la inocencia, la cebolla, la risa.
Mi sangre a veces sueña estropear la camisa
cuando exige el fotógrafo que alce la copa y brinde.
Recuerda un poco a Sancho, el tonto que se rinde
ante los destronados gigantes de la sombra,
y hazle espacio a mi angustia en la mágica alfombra
de tu asma, donde cruzas la alta y nevada linde.


MÚSICA DE TRASFONDO

No grites desde lejos, Alejandra, vas a intentar sin querer un lazo con tus párpados, para levantar la aguja del disco.
Nuestra huella de agua sobre la mesa está sobreviviendo al rostro. Acércate desde adentro con toda la rabia de lo que no nos pertenece.
A esta hora vaciaré en el polvo de las cortinas mis carnes negras como cien pájaros volando, y tendrás que enseñarme una acequia entre las uñas de doble raíz. Una perversa estrella de lata entre los cabellos sin peinar, así de fácil, algo por lo que valga la pena mentir, y buscar el fiel de una balanza en el silencio puro como vidrio molido. si no se te ha rajado la mano al tomar las piedras de mis ojos, deja fluir esa música vegetal, vamos a girar en un solo paso hasta que se nos abra la vergüenza y podamos caer libremente en los contornos, un oscuro óxido a través del deseo, sin miedo a no tener qué ámbar rayar con nuestro dolor, qué explicaciones ponernos para salir del baño a la sala, al azúcar en el café, a las miradas de los perros, y yacer desahogadamente entre esos almohadones como aves domésticas.
Deja que la aguja del silencio se deslice por la isla de nuestra lengua.
Aparta tus ojos de tu mirada propia, atiende a esta navaja que gime y se enrosca entre tus pies fríos.
Porque es un animal venido de este mundo, debes andar y decirle a todos que crees en los milagros por omisión. Míralo. Déjalo jugar con los restos de aquel velero, cómo respira a través de mis poros y mis manos vacías.


SOBREVIDA

Somos sombras errantes por colinas
a las que mañana ascenderá el mar.
Comemos y vestimos las palabras que nadie necesita.
Palabras corrompidas alrededor de todo,
será que lo que no tocamos se nos pudre
como un grito educado totalmente en la boca.
Por el cielo nos pasan endechas de trasmano,
países en el aire, países sin embozo,
quedan abismos donde cualquier nombre del rey
es frontera invisible o hálito cuadriculado.
Observamos necesidades ni mejores ni peores
que el último boscaje que emana del verdugo,
pájaro de la sangre en torno al cual abultan
para admirar el arte de ser indiferente.
Bajo nuestros pies halan siempre manteles
y no caemos del todo, nunca estamos del todo,
no tenemos los ojos tan bien puestos.
Los mártires han dado la vida por hacernos volver.
Los amantes se quitan la vida por amanecer despiertos.
El racimo de todo lo que se pierde somos.
Manjares que se quedan o estaban en el aire
desde antes del mar, somos.


NOTA DEL APRENDIZ SUICIDA HALLADA BAJO EL BÚCARO Y EL PAN

no se sientan culpables porque huya de esta casa,
viejos, después que siempre ansiaron conseguir
que aprendiera -yo solo- a encallar, a vivir.
no andaré más mi pecho como un toro la plaza.
he visto la semilla del valor suficiente.
quiero empezar de cero. virgen. aquí [tachado]
invoco el halo limpio del polvo que he sembrado
en el centro del llanto. me acerco a la tangente
del sueño sin retorno. ventana sin batiente.
lo acaricio [borrón] creerán que es increíble
el gran caleidoscopio, la música, un horrible
truco de saltimbanquis. pero es así la meta,
viejos, la suave y dulce m... [palabra incompleta]
solo, me hice por fin de un oficio [ilegible]


ZONA DE DESASTRE

la madurez, hermanos, se diferencia a una velocidad distinta.
distinta al deseo que nos trae en cerco al refrigerador vacío
toda la noche
como moscas que alteran por la pulpa de un cuerpo.
/ el cuerpo / herido vivo
o pasado mejor por la memoria.
no he dormido ni un solo asesinato entre insondables
viajes que me aíslan por haber protestado el mediano equilibrio.
me transformo, me vendo por provincias
-completaría el grito quien se quedase a conversar afuera del templo
con todos los jirones de su palabra muerta-:
sólo por media libra de carne más oculta.

anotaba un mapa donde crecía un puente roto, serpiente bajo piedra,
y hasta allí no sabía volar-acostumbrarme-encanecer sin un grito
/ el grito /
sin levantar la jarra de agua helada y darle señas al cuerpo
que -cómo, por qué- estoy en este lado de mi país
también
ácimo y febril cambiándome por fósforos y boinas.
pero ningún barco va a pasar hambre en mi ventana de Ciego de Ávila.
no va a pasar el hambre. los ministros no van a acomodar
sus lomos en el espinazo de mi desesperación, en esta i -sin puntico-
que es mi claraboya bajo el amanecer de occidente.
garrapateo, raspo, vivo de pie en provincia,
en la tierra inundada,
para ver acercarse los ojos de mis ahorcados y tenerles listo el discurso
antes de que duela, hermanos míos, antes de que el habla subterránea
penetre sus devociones y tengan qué deber, de qué gobierno defenderse
ante el refrigerador
toda la noche
detrás / encima / dentro del vacío
individual, sin nombre.
-manivela de incienso que giraba revés-
qué palabra tan dura, qué muerte líquida y ligada al hueso
para dejar continúe creciendo como un golpe de luz.
hay quien prueba que laboreo siempre,
y parece pudiesen quitarme así
la gota de verdad
fabricada,
por artificial,
cuando sólo aleteo debajo de la bombilla
-tú / yo tan gordo en zancos
y de espaldas al mar-,
solo no duermo.
abro y tiro
la puerta
con la ilusión de ver mi cabeza pasar
por el fondo de la jarra de agua caliente.



VISIÓN FORZADA

1

Alas de ángeles juntan las hormigas
entre llameantes quicios de mi sueño.
Aguas petrificadas y hondas cargan.

Bendita muchedumbre del viento en la raíz.
Se enciende por íconos el ojo de la pérdida.
Bendita medianoche a lomo de la nieve.

Se desgarra en silencio la memoria
y el grito, la luz caliente desborda las islas,
va borrando los bordes pulidos de las tazas.

Vive el horizonte como una hembra ciega
del enfermo contorno que persiguen mis ojos.
Hollar limpio con uñas rotas sobre el pecho.

Vive el árbol de sangre
en un salto al vacío.
La sed más entrañable.

Ansias como alas bebo
del fondo de una mano
quieta en curso de piedras pateadas hacia la sombra.
Quebrantable es el río, su ley menos soberbia
que la paloma insomne en la luz prometida.
Y las semillas de la fe —jaulas canoras
cuando la verdad aún no se contemplaba
sobre las superficies, no era aún
vieja agua de montaña entre aguas de aluvión—,
antorchas de palomas abiertas a ambos lados
murmuran todo el cuerpo cual vino sin espuma
a la altura del eco que taló mis entrañas.


2

Boca arriba me extiendo
en las playas eléctricas de un océano de latidos.
La noche / amurallado jardín /
perfuma grotescamente mi costado inferior.

De su vulgaridad escriben las estrellas
duras sílabas como vistazos de un pez entre ascuas;
la tempestad escriben en el báculo
que pesa la conciencia de un carcelero solo.

Espejos resonantes bajo el bosque
por el trueno humillado.
Garganta mía donde revienta la espesura
migas de abierto mar.

Hágase el dolor. Sea honda corona,
instante transitorio, el salto del insulto.
Vea no más que un juego, no más perdón,
disfraz del grito entrando sordamente a la música.

Desista por el filo de mí mismo
y, goteado, alumbre, hinche los girasoles.
La sospecha de que el abismo que toco
no va a desaparecer,
nunca va a ser el mismo.

Aquel que deletrea
mi sangre, lee sombras.


3

Albas sin antes ni después
amolaban quienes velan el huerto. Duermen
ablandándolas con el vino de la costumbre.

Todo arquero se encierra en el breve fluir,
en la ceñida torre del espasmo,
y sueña caer con la sed de su enemigo,
con la niebla vidriosa del mastín
domado junto al pozo.

Mis ojos reproducen la asfixia del mar mudo
el día en que descanza de las multiplicaciones.
Llaga inefable es el llanto del bautismo
entre estas uñas largas
desapareciendo infinitamente.

Vuelo de ida sobre el mar
cuando la desgajada voz de la tarde sueña
que el país era la espuma de unos ojos golpeados
contra las casas, y que estuvo en mí.
Ciñe aún su rumor
mi cintura de náufrago.

Tan leve la montaña
sin fe. Ajuar abierto.
Tan posible el acero frío de los crepúsculos
suntuoso entre mis carnes.

Me acostumbré a vivir a la sombra de un pájaro.
Me he sentado a vivir como al pie de una encina
un hereje blanco en canas hojearía inmensos tomos.
Y mi corazón no soporta mirar sino bajo las piedras.
Debajo de los árboles torcidos y las vasijas
hechas regazos de tanto huir contra la fuente.
Gobierno desde aquí invisibles ejércitos.
Acaudillo la juventud perdida. Multitudinaria
espiral de mi grito olvidado en el pozo.


4

Con estos mismos párpados de sal
libaremos el alba.

Escojo semilla a semilla
mi última transparencia.
Acopiamos ya todo lo que no sea el fuego,
todo lo que no sea pudor de las agujas
para abandonar la ciudad como un gran eco.

Abandonar adentro los muros del jardín,
la soledad. Las curvas
perfectas de otro cántaro.


sábado, 8 de marzo de 2008

Domingo Alfonso (Jovellanos, 1935)


Domingo Nicolás Alfonso Pereira
(Jovellanos, Matanzas, 10.09.1935)


Poeta

Es graduado de Arquitectura por la Universidad de La Habana, donde también se ha desempeñado como profesor. Además de Poeta, como autor musical ha compuesto la letra y la música de más de 150 canciones.

Ha publicado los poemarios:


  • Sueño en el Papel, 1959.
  • Poemas del hombre común, 1964.
  • Historia de una persona, 1968.
  • Libro de buen humor, 1979.
  • Esta aventura de vivir, 1987.
  • Vida que es angustia, 1998.
  • En la ciudad dorada, 2002.
  • El libro principal, 2008.
  • Un transeúnte cualquiera, 2008.

En preparación se encuentra su libro “Un transeúnte cualquiera”, poemas del 2003 al 2007.

Poemas de su autoría aparecen en diversas revistas, y en importantes antologías de la poesía cubana contemporánea. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, portugués, ruso, italiano, sueco, danés y otros idiomas.

( Direcciones de correo electrónico: dnalfonso@cubarte.cult.cu - malva.alfonso@infomed.sld.cu )

.

del libro Sueño en el papel, 1959
NUESTRO ABUELO

Seis cabezas de lana; nuestro abuelo
desgranando la fábula risueña,
a la lumbre dorada de la leña
que azula la cocina con su velo.

Sentados o tendidos por el suelo,
los chiquillos que andaban a la greña
forman cerco de sombra a la reseña
coronada de helado y caramelo...

Pero el tiempo deshizo aquel sonoro
cerco de risas, y un amargo día
¡dos pupilas cerradas y sin luz...!

Luego hileras de cirios, danzas de oro
en la trágica esperma en agonía,
nuestro llanto, una tumba y una cruz.



del libro Poemas del hombre común, 1964
POEMAS DEL HOMBRE COMÚN

Soy el hombre común.
En determinadas horas, como millones,
subo y bajo ascensores,
después almuerzo como todos,
hablo con estudiantes
(no llevo cruz a cuestas);
a diario paso junto a muchas personas,
gente aburrida, gente que canta,
hombres laboriosos, burócratas que duermen;
junto a ellos pasa mi pequeña figura;
el soldador sufre, la mecanógrafa se inclina,
yo canto simplemente las cosas que siente
el hombre común.



del libro Historia de una persona, 1968
DESPUÉS DEL AMOR

Esta mujer y yo terminamos.
Ahora, dejando el desorden de las sábanas,
Hemos mirado por la ventana hacia la calle.

Un poco a la derecha
Unos obreros componen una enorme valla
Que dice: Todos con boinas rojas a la Plaza de la Revolución.

Ella se vuelve al interior del cuarto de hotel.
Yo miro sus nalgas color de tinta de imprenta.
Siento lo que los hombres normales ante tal espectáculo:
Doy gracias a quien corresponda por encontrarme vivo.



del Libro de buen humor, 1979
EL ROSTRO DE MARLON BRANDO

El rostro de Marlon Brando
surge en la noche del cinematógrafo
con un tamaño de casi dos metros de alto
por uno y medio de ancho aproximadamente:
tiene dos cejas, debajo de las cejas un par de ojos,
entre los ojos, un poco más arriba
de la pareja de labios, una nariz;
bordeada por el pelo,
encima de las cejas, está la frente,
algo detrás de la frente,
construidas expresamente para sostén de los espejuelos,
se encuentran las orejas.

Éste es el rostro de Marlon Brando;
tomo debida cuenta de su topografía;
para verlo pagué un peso con cincuenta centavos,
hice una cola de una hora nueve minutos,
de pie, bajo la lluvia
y ahora descubro en medio de este cine,
tocando el muslo de la mujer que me acompaña
que el rostro de Marlon Brando es sólo el rostro de una persona.



del libro Esta aventura de vivir, 1987
YO HE MOVIDO LAS RAMAS DEL ABETO ROJO

Yo también he buscado la poesía.
He movido las ramas del abeto rojo
y deambulado por algunas calles con mi pequeña figura
la cual recuerda el aspecto de un cometa carente de brillo.
Así he conversado con ancianas muy absortas, en el origen del
humo,
casi un éter, como la felicidad tan pura de esas horas tibias,
moviendo sin descanso tazas de sabiduría mezcladas con vino
púrpura,
en el vestíbulo de hoteles y pequeñas mansiones decoradas
con esmalte.

Conocí al caballo surgido desde la tierra calcinada, presidente
del fuego;
amé mucho los álamos, corazones formados con el aliento de
los parques;
un sueño cubriéndolo todo con una capa muy delgada.
Después cruzamos por los salones sin conocer el aspecto de
caballeros mortecinos
llenos de felicidad y bailando sobre las puntas de bastones de
color azul.

También he descifrado páginas abiertas por las olas encima
de las arenas,
señales, pétalos; las entrañas de las vírgenes hechizadas por
valses y canciones de México.
Me ha golpeado la duda, la monotonía de los idiomas y las
palabras vacías.
Después vendrán actores, paso tras paso; desde los túneles
abiertos sobre aquella pradera...;
porque a la noche estas palabras podrán aprender de la gran
sabiduría del silencio.



del libro Vida que es angustia, 1998
CON UN PAR DE ZAPATOS NUEVOS ENTRE LAS MANOS

Ayer, cuando recibí este par de zapatos
semejantes a una pareja de rosas,
pensé que todo me sería posible.
Vi cosas en las cuales nunca hubiera pensado:
flores oscuras cubriendo las calles llenas de polvo;
incendios y muertes sucediéndose en este mismo lugar,
desde el inicio de los tiempos,
diligencias desvanecidas por el fuego y el humo,
pesadillas y lamentaciones
llegaban hasta mí
entre el sonido de golpes de campana,
delirios, visiones que me llenaban de pavor,
los crímenes y el terror de las épocas pasadas
estaban delante de mis ojos;
escenas semiocultas por montones de nubes de ceniza
(ningún otro color estaba presente:
ni el rojo ni el verde ni el magenta
y mucho menos el amarillo),
sólo el matiz de la ceniza
lo presidía todo de manera mecánica.
No pude ver el futuro
a pesar de que me empinaba tratando de conocer más;
pero todo fue en vano.

De esta manera
me senté en una silla, al borde del camino,
con mi par de zapatos, como dos rosas, entre las manos:
no comprendía nada, estaba sentado allí,
no sería testigo de ninguna revelación,
había visto todo el horror y las tragedias
ocurridas en esta esquina del universo
a lo largo de tantos siglos
y me encontraba allí, en mi silla, tembloroso,
lleno de sudores y de mucho miedo,
cerca de la orilla del camino:
con mi par de zapatos nuevos entre las manos.

.

del libro En la ciudad dorada, 2002
ALGUIEN CASI IDÉNTICO A MÍ, ALGUIEN QUE NO HABRÁ LEÍDO ESTA PÁGINA

........................................................................-A Borges en su centenario-

Cierta noche sin luz, en la calle Zapata,
–como metido dentro de una copa llena de oscuro vino–;
noche cuando yo esperaba a Fernando Álvarez
para juntos escuchar uno de mis boleros
nunca interpretados
Una mujer me tocó por los hombros
diciéndome:
"eres exacto a quien fuera mi difunto esposo"
Uno de esos seres parecidos a mí
copia de mi figura, o yo mismo una réplica como varias
de las imágenes que cruzamos la Tierra con ligeras variantes:
"Alguien casi idéntico a mí, alguien que no habrá leído
esta página,"

¿Quién de los dos termina este poema,
Borges o Domingo Alfonso?



del libro Un transeúnte cualquiera, 2008
MIENTRAS MI DOMICILIO SE DIRIGE HACIA EL PRÓXIMO DÍA

Observo como me envuelves
con el manto lleno de minúsculas estrellas y millares de puntos
del oro más legítimo, despidiendo fulgor amarillo
He quedado aturdido, sin entender esto que hacías
y viéndome sobre aquel taburete, obsequio de Poveda
no pude decir palabra alguna, a pesar de mucho desearlo.
¿Quién eres tú?, ¿Porqué lo haces?, ¿Dónde fui elegido?
Llegaste bien temprano a la verja de nuestro jardín, pediste amor
Yo te conduje hasta el ángel trabado entre las ramas del algarrobo
aspirando entonces tibios perfumes irradiándose desde tu piel.
Pensé si atribuir tu visita a la esfera
huésped del cielo de casa, quizás inquieta ante algún presagio
pero adivino: vela para protegernos.
(De este modo puse en tus manos la sombrilla mágica de aquella señora
impenetrable anciana, la cual, ahora conozco
flotaba a veces en medio del humo de incienso).
Quisiera amiga, antes de marcharte
hoy al atardecer (comiendo manzanas del Jardín Prohibido
las cuales poseen todos los sabores existentes en los nueve universos)
prometas regresar un próximo otoño:
(Extraña viajera perenne, Dama de la corte del Tiempo)
Te juro guardar tus rosas dentro del corazón
pues no marchitan, manteniendo sus efluvios durante varios años.

Escucharé tus canciones
Sal de hermosísimas noches, inundando sentidos ávidos de placer
bajo esta luna bordando sobre mi cuerpo
filigranas de plata y azul
(Éxtasis del espíritu cautivo de tan bella música)
Alma de artistas anónimos nacidos en Persia
o las islas del Pacífico
Magos sabiendo inventar acordes ejecutados por el Invisible
Romanzas gozando de la propiedad
de anular angustias, procurarme descanso
Especie de sopor, extinguiendo así la propia vejez
-de pronto la fuente del cenit es una luz muy blanca
Mientras mi domicilio se dirige hacia el próximo día.

.